Reportaje " robado"

       

 

          Willy este reportaje lo he " robado" , despues te mire y pense: El, descubre sangre, es el mejor en lo suyo, Yo te descubri a ti; gracias.

HA PARTICIPADO EN MÁS DE 400 CASOS

Elton, el arma secreta de la Guardia Civil para resolver secuestros y asesinatos

Un pastor belga de diez años adiestrado para detectar restos de sangre y huesos humanos es hoy la herramienta más eficaz para investigar muertes violentas y desapariciones

DAVID BRUNAT

Empezaron a tomarme en serio el 24 de febrero de 2011. Yo ya llevaba cinco años investigando desapariciones y muertes violentas, pero lo de aquel día, por algún motivo, les impresionó. Fue tras el accidente que sufrieron cinco militares cuando practicaban con explosivos en la Academia de Ingenieros de Hoyo de Manzanares. Los cuerpos salieron disparados en todas direcciones en un terreno de monte bajo donde no se veía nada. Llegué, esperé la orden y me puse a buscar. Entre los militares y la Policía Judicial se hizo el silencio. Marqué el primer resto humano y a partir de ahí los fui sacando todos sin pestañear. Me tenían que ir frenando, porque a los forenses no les daba tiempo a poner los números y marcar las posiciones con el GPS. Les dibujé el mapa de la explosión en cuestión de minutos. Para mí fue un trabajo fácil porque eran restos muy frescos, pero todos alucinaron y entre la policía judicial empezaron a circular informes que me ponían por las nubes. Desde entonces no he parado. No hay semana en la que no tenga un caso que investigar, sea en Madrid, Sevilla o Fuerteventura. 

"Muchos agentes dicen que en otro país yo sería una estrella, pero que en España falta cultura sobre mi trabajo; así que me  mantienen en un perfil bajo"

 Este mes he cumplido 10 años en el Equipo de Detección y Localización de Restos Biológicos de la Guardia Civil. He investigado más de 400 desapariciones, homicidios y asesinatos. Voy a más de 40 por año y cada vez me llaman más. Muchos agentes dicen que en otro país yo sería una estrella, pero que en España falta cultura sobre mi trabajo. En Europa mis compañeros son agentes de policía, y como tal pueden patrullar las calles sin problema. En cambio aquí la legislación nos considera armas, lo que nos obliga a intervenir solo en situaciones muy concretas, a poder ser lejos de los lugares públicos. Y más en mi caso, que me encargo de asuntos muy sensibles. Hay gente que todavía no entiende qué hace alguien como yo en la escena de un crimen, así que la Guardia Civil me mantiene en un perfil bajo. Pero no me importa. Sé que mis descubrimientos han sido la clave para resolver decenas de asesinatos y con eso me basta.

Investigación de un caso de homicidio en Mallorca. (EFE)

Durante muchos años fui el único experto de mi unidad, pero hoy ya somos cuatro y hay tres más en formación. En cambio, en detección de drogas y en explosivos son un montón. La gente piensa que hacemos lo mismo, pero no. Para empezar, cambia el ritmo. En detección de drogas, mis compañeros trabajan al 60-70% de intensidad para que no decaiga su motivación en el trabajo. A mí se me pide mucha calma, estar siempre al 20-30% para evitar que en un exceso de brío destruya alguna prueba dentro de una casa, un coche o una fosa. También cambia la gama de olores que tengo que detectar. En drogas y explosivos, o en operaciones de rescate, el abanico es mucho menor y son sustancias que nunca pierden el olor. Una bolsa llena de hachís, por ejemplo, nunca deja de oler. Yo en cambio me las tengo que ver con sangre seca y restos óseos de hasta 10 años de antigüedad que no huelen a nada, con fluidos que van del semen a la saliva, hasta con uñas y carne en descomposición. Y si no tuviera esos olores muy interiorizados y bien clasificados, mi trabajo no serviría para nada. 

Elton señala restos biológicos en el interior del parachoques de un camión.

También hay otra diferencia, que es la más difícil de aprender y la quemarca la diferencia entre el que vale y el que no: está prohibido tocar el resto biológico para que no se contamine. Solo debo señalarlo acercándome al máximo y quedarme ahí quieto, y para ello tengo que ser muy minucioso porque muchas veces son restos que se esconden tras un enchufe, bajo una puerta o detrás de un radiador. Si yo no fuera muy preciso los agentes no encontrarían nada, porque suelen ser partículas milimétricas. Ellos utilizan sus reactivos, el famoso Blue Star, usan sus tests químicos para determinar su esa sangre es humana o animal. Pero para eso antes tienen que poder ver la muestra. Mi ventaja es que yo no necesito verla. Mi nariz va más allá de plásticos, telas, maderas y tierra.

Elton recibe su premio, un mordedor, cada vez que encuentra un resto. (D.B.)

Fui el primer especialista y sigo siendo el mejor, o al menos eso me dice mi guía, Juan Manuel Sánchez, quizá solo para halagarme. Lo que sí puedo confirmar es que no hay nadie más mimado en todo el Servicio Cinológico de la Guardia Civil. Aunque lo disfruto poco porque me paso la vida viajando: ahora duerme en un hotel en Vigo, ahora levántate a las tres de la madrugada para rastrear coches en una calle en Ibiza, ahora métete en un avión tres horas para irte a registrar un yate en Lanzarote, ahora entra en una casa cochambrosa y ten la exigencia de distinguir una gotita de sangre de hace cinco años en mitad de olores que mejor ni te cuento…

"Cuando tu nivel de fiabilidad en diez años es del 100%, pasan de mirarte con desconfianza a exigirte que resuelvas el crimen aquí y ahora"

Es lo que pasa cuando tu nivel de fiabilidad en estos 10 años ha sido del 100%. Que de mirarte con desconfianza, como hacía no hace tanto la Policía Judicial, pasan a exigirte que resuelvas el crimen aquí y ahora. Y si me paso tres horas registrando un coche en el que se supone que tendría que haber algo y no aparece nada, ya todos empiezan a dudar de mí. Aunque, reconozco, eso cada vez pasa menos. Si busco y allí no aparece nada, todo el mundo da por hecho que allí no hay más que rascar. De hecho ya hay juzgados que admiten mis marcajes como prueba pericial, y no es extraño que uno de mis descubrimientos lleve a alguien a prisión preventiva. Las vidas de mucha gente dependen de mi trabajo, tanto las de las víctimas y sus familiares como las de los presuntos culpables. No hay nadie de mi especie en este país con mayor responsabilidad sobre su lomo, la verdad.

Elton, acompañado por Juan Manuel Sánchez, marca con el morro la parte del cojín de un sofá. (Guardia Civil)

 

Éxitos he tenido muchísimos, aunque me prohiben decir nombres. Lo que sí puedo confesar son algunas de mis frustraciones. Todavía recuerdo los 23 días que me pasé recorriendo el Guadalquivir buscando el cuerpo de Marta del Castillo. Fue agotador y cancelamos la misión porque aquello no tenía sentido. O el pequeño Yéremi Vargas, a quien probablemente volveré a buscar en Gran Canaria tras los recientes avances en el caso. La lista de actuaciones es larguísima, pero os la resumo en pocas palabras: no hay ni un registro por desaparición, homicidio o asesinato reciente en España en el que no haya participado. Es más, hoy en día soy yo quien lidera las investigaciones. Los agentes ubican la posible escena de un crimen y me llaman para que entre el primero y, en cuestión de pocas horas, detecte si ahí hay indicios de un acto violento o no. La pata de una silla, un sofá, una colcha, un zócalo, lo que sea. Los forenses recogen las muestras que les voy señalando y las llevan al laboratorio de criminalística para determinar su perfil genético. Que luego esas gotas de sangre o de semen, o esa muela encontrada bajo tierra, sean o no relevantes escapa a mi responsabilidad.

"No hay registro por desaparición o asesinato reciente en España en el que no haya participado. Es más, hoy en día soy yo quien lidera las investigaciones"

Yo hago como Leo Messi: elijo muy bien dónde y cuándo desgastarme. Si peinara una casa a lo loco, sin criterio, terminaría reventado y muy posiblemente fallando. Cuando aprendí tuve muy en cuenta los consejos delEquipo Central de Inspecciones Oculares, quienes me sellaron un mensaje a fuego: “Tienes que encontrar lo mismo que nosotros, que es aquello que el agresor no ha limpiado”. Nadie limpia debajo de una puerta, por ejemplo.O detrás de un radiador, o de un rodapié de madera. La gente sometida a estrés deja unas trayectorias muy concretas cuando trata de ocultar pruebas que casi parece que lo extiende más. Y claro, la sangre salpica donde menos se lo esperan. La de veces que me he amorrado bajo una cómoda, frente a un enchufe o en las juntas de goma de una lavadora. Eso por hablar de una casa. Porque si hablamos de un coche, yo sé que los tiradores, la palanca de cambios o el maletero son lugares donde debo estar muy concentrado. O en la parrilla frontal de un camión, como me ocurrió hace poco. Gracias a mi olfato pude demostrar el atropello mortal de un ciclista en Madrid y condenar al culpable por homicidio imprudente.

Algunos agentes judiciales y peritos forenses dicen que para que yo no sea capaz de encontrar pruebas en la escena de un crimen habría que demoler el lugar y construirlo de nuevo. Porque, ya aviso, la lejía y los disolventes no me despistan. Para algo soy Elton, el mejor perro policía de España.

*Relato basado en una extensa entrevista con Juan Manuel Sánchez, adiestrador y guía de Elton.

Juan Manuel Sánchez posa junto a Elton en el Servicio Cinológico de la Guardia Civil. (D.B.)